Autoayuda

Imaginate m'hijo

April 22, 2019

En una época la gente era muy solidaria, todo el mundo se ayudaba, se daba una mano en lo que cada uno podía precisar. Después poco a poco las cosas empezaron a cambiar, la gente dejó de contar con la ayuda de los demás y le empezó a pedir las cosas a Dios. Y Dios al principio les daba todo lo que le pedían pero después se borró: la gente rezaba, rezaba y no pasaba nada. Entonces ahora, como la gente ya no puede contar ni con la demás gente ni con Dios, se inventó el camino de la “auto-ayuda”. Hoy en día es la única manera de mantenerse a flote: nadie puede esperar nada de los demás, los demás siempre te van a hundir.

Por eso hay que practicar la “auto-ayuda”. Pero paradójicamente la autoayuda no es algo que se pueda aprender solo, ¿verdad? hay libros por ahí que les dicen lo que tienen que hacer. Pero no les hagan caso, porque son libros de autoayuda, sí, pero de autoayuda para el autor nada más. Son para que él gane guita. Las técnicas de autoayuda que proponen esos libros son falsas, son para que el lector se perjudique, y es lógico porque cuando uno jode a los demás, siempre mejora un poquito: aunque sea por la posición en la que queda con respecto a ellos.

Así que bueno, yo tengo acá otro método de autoayuda que me gustaría poner a consideración a ustedes. El asunto es así: yo digo frases y ustedes las tienen que repetir. Capaz que alguna les cuesta un poco repetirla porque no están muy acuerdo con lo que dice, pero yo les pido que no se fijen en eso por ahora. El ejercicio consiste en dejarse llevar, después para practicar siempre hay tiempo.

Así que vamos a probar a ver que pasa con la primera frase que es así, escuchen, es así: “soy una buena persona”. A ver, repitan conmigo: “soooy una bueeena peeersooona”. No sean tímidos, aunque no lo crean, ya les dije, repítanlo igual, aunque sea falso. Van a ver como después se van auto-convenciendo. Vamos a probar con la siguiente frase, que es así: “soy una excelente persona”. A ver: “sooooy una exceleeeente persooona”. Está mejor, pero no sé. Hay muchos que tienen, como un dejo de modestia ahí que les impida superarse. Les voy a decir una técnica para poder decir esto mejor la palabra excelente, que tiene cuatro “es”, la tercera la pueden alargar un poco, pueden decir “soy una exceleeeeeeente persona” o la “n” que va después: “soy una excelennnnnnte persona”. Enfatiza más la idea.

Bueno, vamos a la siguiente frase: “los demás son una basura”. A ver, “los demaaaas sooon una basuuura”. Se lo pueden decir a quien tienen al lado si necesitan material para inspirarse, pero de todas maneras esa frase ya vi que la dijeron con un poco más de convicción que las anteriores. Bueno, la siguiente frase: “yo no lo soy, si basureo a alguien es porque él primero basureó”. La frase es larga pero apréndansela porque es muy importante. Les pediría que tomen nota de esto. Sería bueno porque así, pueden repetir estas frases en sus casas, sino no se las van a acordar y sería una pena porque son muy importantes. Igual que esta otra que sigue: “todo el mundo, en mayor o menor grado, me jodió; todos tienen su parte de responsabilidad de la situación por la que estoy pasando”. No los veo anotar, se están perdiendo esto que es la médula de la parte interpretativa del asunto: porque para poder salir del pozo en el que estamos, lo primero que tenemos que hacer es entender cómo fuimos a dar ahí. ¿verdad? Recién después vamos a poder tomar las medidas que nos conduzcan a superar esa situación, situación que a esta altura la podríamos tal vez resumir en la fórmula “todo el mundo me jodió”.

Vamos a ver ahora, cual és la actitud que vamos a contraponer a eso esta dada por esta frase: “ya que todo el mundo me jodió, yo tengo el derecho de joder a todos”. Anoten eso por favor, no lo digo de repetirlo en voz alta porque sino el que tienen al lado puede empezar a sospechar que ustedes le van a hacer algo. Pero el quid del asunto es ese: “tengo el derecho de joder a todos”. ¿Y cómo puedo ejercer ese derecho? Muy simple, les digo la frase: “voy a joder a todos”. Repitanla, pero en voz baja, esa frase, mientras van planificando la forma de llevarla a cabo, verdad; y planifiquen con total libertad, dejen de lado cualquier escrúpulo. Acuérdense que esto es nada más que un ejercicio, verdad, un ejercicio de auto ayuda.

Si les preocupa el daño que podrían causar a los demás, están meando fuera del tarro. Porque acá no se trata de los demás, acá se trata de uno mismo. ¿verdad? La caridad bien entendida empieza por casa. Además ustedes no se pueden preocupar por los demás porque los demás ahora ya vimos que tienen quien los ayude ¿verdad?: se tienen a ELLOS. Y ustedes se tienen a USTEDES. Eso no quiere decir que de vez en cuando uno no le pueda tender una mano a otra persona. Sí, se puede hacer, porque sirve mucho de práctica. O sea, todos los errores que ustedes cometan cuando ayuden a otro, después cuando necesiten hacer eso con ustedes mismos, ya no los van a cometer, les va a salir mucho mejor.