Es inutil que te cante
con palabras que hablen de
las cosas que no entiendo ni estoy
capacitado para comprender, y por eso
canto más bien notas musicales,
que tampoco entiendo, pero
en mi delirio se me da
por suponer que dicen
algo diferente y que algún día,
si Dios quiere irse a donde fuere,
se podrá saber que no decían
sino lo que nadie suponía.
Una vez te dije que otra vez
también te había dicho
que otra vez más también
te dije que otras veces te diría
que te iba a decir
que te quiero decir que
te quiero decir que te quiero
decir que quisiera yo
decirte que yo te quiero decir
lo que te estoy diciendo,
pero no me acuerdo si te había dicho
que una vez quizás te lo diría,
y otra no te lo desmintiría.
Dentro de los límites
de lo que puedo yo entender,
es claro que no hay nada,
y que todo está del otro lado;
sólo puedo dar un paseo
por palabras y por cosas,
y tratar de no enredarme
en confusiones cotidianas
mientras considero seria
y responsablemente
(sin que eso me vista de positivista)
lo que me recomendó mi abuela,
de tratar de terminar la escuela.
Pero hasta que no tenga
las cosas claras, y no esté
viviendo a oscuras, voy a seguir
usando las palabras
sólamente para cantar
la música que se me cante;
no me des pelota,
nada de lo que te digo
tiene la importancia que tendrán,
seguramente, aquellas cosas
que yo diga cuando me reciba
(de escritor, de artista o de idiota),
y por mientras sólo canto notas.