Hay muchos cuentos que dan razones para vivir.
Pero el que sigue se inspira en otras para seguir:
Cinco animales se acicalaban para salir
Un viejo lobo de atrás de un árbol los vio venir
Y a la carrera muy preocupado les fue a decir:
“Uno de ustedes finge ser chancho pero es tapir”
El cuarto bicho salió primero a disentir:
“Muy señor lobo, mucho lamento contradecir
Su buen criterio, pero lo tengo que desmentir
Pues somos cerdos y nuestra carne es de embutir.”
El lobo quiso verificarlo y sin pedir
Permiso a nadie los hizo fiambre: pero al sentir
Un gusto raro, pronto se tuvo que arrepentir.
Y con la mufa propia del caso debió asumir
Que todos iban a ser muy duros de digerir.
Como este cuento, cuyo objetivo no es transmitir
La desventura de un lobo hambriento, sino advertir
Sobre lo útil que muchas veces es desoir
Lo que otros digan en circunstancias de ir y venir.