JL: Discúlpeme.
LM: Sipi.
JL: ¿Podría decirme cuanto falta?
LM: Sí. Como no. Con muchísimo gusto.
JL: ¿Sí?
LM: Claro.
JL: Sí.
LM: Bueno. Dígamelo por favor.
JL: Sí. Cómo no. Con muchísimo gusto.
LM: ¿Podría decirme cuanto falta?
JL: ¿Para?
LM: Para terminar este espectáculo.
JL: Como no. Encantado. Será un placer.
LM: Es indudable que usted es una persona muy amable.
JL: Sí. Usted también.
LM: Sipi.
JL: Es indudable que le causa un enorme bienestar espiritual ayudar a todas las personas que desean saber la medida.
LM: Exactamente. Yo también veo que usted es de esas personas a las que les provoca una diarrea de felicidad ayudar a toda la gente que desea saber una medida de peso.
JL: Ah, no señor. De peso no.
LM: De volumen.
JL: No señor. Por favor, no insista. Me está molestando.
LM: De longitud.
JL: ¡No!
LM: Con que esas tenemos. ¿Eh?
JL: Sipi.
LM: Muy bien. Entonces devuelvame inmediatamente y en este preciso instante y ahora la información de medida que le acabo de dar.
JL: De tamaño.
LM: No. Devuélvamela.
JL: De gordura.
LM: Devuélvamela.
JL: De cantidad.
LM: De altura.
JL: Devuélvamela.
LM: De profundidad.
JL: Devuélvamela.
LM: De contenido.
JL: Devuélvamela.
LM: De superficie.
JL: Devuélvamela.
LM: De seguridad.
JL: Devuélvamela.
LM: De ancho.
JL: Señor. Usted me cansa.
LM: Devuélvamela.
JL: De traje.
LM: Devuélvamela.
JL: De temperatura.
LM: Devuélvamela.
JL: ¿Falta alguna?
LM: Sipi.
JL: Devuélvamela.