Golondrinas

Imaginate m'hijo

April 1, 2019

En pupitres salpicados de inscripciones
No se sabe de cuántas generaciones
Aprendías a volverte un aspirante
A un empleo que ya no estaba vacante.

En el boliche de la esquina te fumaste
Los primeros cigarrillos y empezaste
A tambalearte entre nuevos sentimientos
A inclinarte frente a nuevos monumentos.

Te enteraste por canales especiales
que la historia no paraba en los manuales
Te dieron línea y te dejaron en ablande
Eso de qué vas a hacer cuando seas grande.

La militancia en el gremio poco a poco
Cada vez te iba llenando más el coco
Apartaste los estudios de tu mente
Era tiempo para cosas más urgentes.

Se derrumbaba el país de tus abuelos
A tus padres alguien les tomaba el pelo
Un horizonte diferente se asomaba
Todo era cuestión de ver quién lo peleaba.

Te creías que la cosa se venia,
y tu forma de vivir correspondía
A ese estado turbulento a ese fuero
De ser nada más que un simple compañero.

De un clarinazo le cortaron le cabeza
A tus sueños y delirios de grandeza
Tus allegados escapaban o caían
O cambiando de color se protegían.

Te salvaste de torturas y sermones
Te esperaban más discretas reclusiones
Te confinaron a rutinas de laburo
Y a guardar tus opiniones en lo oscuro.

No te habías educado para eso
pero bueno eran las cosas del progreso
Te transformaste despacito en una alfombra
Y seguías los consejos de tu sombra.

Ya no sabías demasiado lo que eras
Ya no había socialismo ni carrera
El matrimonio los hijos y la casa
Se robaron tu cariño por las masas.

Por muchos años fuiste un pobre berberecho
Chacinado sobre el piso, bajo el techo,
No esperabas otra cosa, mayormente,
Pero tu desesperanza de repente….

Fue convertida fue desecha Revocada
por los vientos de la nueva marejada
Y empezaste nuevamente con reuniones
Asambleas pegatinas y camiones.

El entusiasmo al principio fue muy grande
Tanto como tiempo atrás lo fue el desbande
Pero luego viste atrás de tus buzones
Que no era soplar y hacer revoluciones

Y te volviste más reacio más disperso
Ya no te calzaban bien los mismos versos
Recuperaste una parte de tu ego
Pero en otras no prendía el mismo fuego

Y te quedaste crepitando la ceniza
De esa llama cada vez más indecisa;
No renunciaste a seguirla, y te pesa
Que tampoco le jugaste a la cabeza.

Y te quedaste crepitando la ceniza
De esa llama cada vez más indecisa;
No renunciaste a seguirla, y te pesa
Que tampoco le jugaste a la cabeza.