A veces quisiera ser
tu profesional calificada.
Tu funcionaria de carrera.
Tu secretaria ejecutiva.
O la administradora competente
que controla tus gestos.
La super intendenta de tu corazón.
Tu relacionadora pública.
Tu abogada defensora.
A veces me imagino que soy
fiscal ad hoc de tu persona.
La serení de tu paciencia
y la ministra de tu interior.
La contralora de tus entredichos.
La concejal que te advierte el peligro.
Tu senadora atenta y honoraria.
La canciller que protege tu soberanía.
A veces, lo pienso, sonrío y me digo
“Que va. Me conformo con ser tu mujer.”