La voz del medio es la fuga de la fantasía y fuga K. 394 de Mozart, con letra cantada en la segunda voz.
Esta letra sólo es un pretexto
que me permita cantar encima
de una de la voces de esta fuga
que compuso Juan Crisosto(mo) Wolfang Amadeo Mozart
diciendo cosas sin importancia
pero que entren justito sobre
todas la notas que forman esta melodía
que sino tal vez pueda quedar escondida
entre las voces extremas
porque es la voz del medio
y muchas veces esas voces no se escuchan,
solamente se oyen como ruidos de fondo
sobre los que se destacan
las cosas más importantes,
– supuestamente – pero nunca
se podría comprender ninguna
sino fuera por el aguante que les hace siempre
la voz del medio sin brillar.
Ni hacer pamento para concitar
más atención que la de arriba,
ni quedarse abajo sosteniendo
todo lo demás, y no es cuestión de medias tintas
porque todos los colores se los pone justamente
lo que pasa en la región del medio,
a pesar de que después
todo el crédito lo lleven las otras voces… :
el primer violín de la orquesta
es el que saluda al director,
como si todos los demás
no hubieran sido más que un acompañamiento secundario,
porque si por el contrario
solo fuera un elegido
para recibir en nombre de la orquesta en su conjunto
ese saludo,
me pregunto,
por qué no se turna con cualquiera
de los otros instrumentos,
como el trombón, si querés,
o el corno inglés.
Pero me fui del tema,
lo que yo
quería nada más
en vez de cuestionar
la distribución de la importancia de las voces
era tener el placer de acompañar la voz central
con mi canto mientras toco las otras voces
y también la del medio
así me cuido de desafinar.
Y no importan las palabras que diga
mientras no tengan sentido en demasía
y se mantengan
dentro de una cosa neutra
que permita que las notas
puedan ir al frente sin ningún tipo de distracción
y puedan transmitir lo que ellas saben
y que cantando quiero aprender,
es un movimiento de su misteriosa forma de existir,
como un refugio temporal que está en el tiempo sin transcurrir;
y volviendo a lo que decía de no decir ninguna palabra
que distraiga
del sentido de las notas de la melodía de esta voz del medio
y mantenerse
lo más fielmente
posible dentro del mensaje
que las notas transmiten de por sí,
con esta bajadita
va diciendo adios
la voz del medio.