Somos las Tortugas Punga. Te venimos a pelar.
El bolsillo, la cartera, te lo vamos a vaciar.
Tu destino está marcado, no pretendas evitar
el servicio de limpieza que te vamos a donar.
Somos Blanes y Figari, las tortugas de lugar.
Pero guambia, que nosotros no sabemos dibujar.
Sólamente hacemos planos del trayecto transital
de los ómnibus de CUTCSA que vamos a depurar.
Molestamos sumar atrás que el fondo está vacío.
Los billetes, las monedas, las tarjetas Master Card,
todo, todo lo que tengas, te lo vamos a sacar.
Pero más te vale si nos ves meter la mano acá,
acordarte de cuando estabas mirando para allá.
Somos las Tortugas Punga y bajo la caparazón,
no tenemos nada que pueda llamarse corazón.
Porque le metemos mano a cualquiera de borbollón
sin mirar si es una anciana o un niño de biberón.
Buaaa, buaaa, mamá, mamá, las tortugas punga me robaron.
Nunca tengas mucho apego por ninguna propiedad,
porque un día lo tenés y al otro día no está más.
Es más conveniente que dirijas tu afectividad
hacia cosas que no sean de muy buena calidad.
Somos las Tortugas Punga. Manuelita quedó atrás.
Fue a buscar a sus tortugos, se perdió y no vuelve más.
En París, los tintoreros nos dijeron además,
que a ella la encerraron en un frasco lleno de aguarrás.
Glup. Glup. Glup.
Somos Blanes y Figari, tintoreros de verdad.
La limpieza en seco es nuestra máxima especialidad.
A tu ropa la tratamos con cuidado y suavidad
y sólo cobramos con lo que le salga a voluntad.
Somos las Tortugas Punga. Te vamos a despojar
de tus bienes para que no los puedas dilapidar.
Una lápida en el cuero te podrá hacer recordar
de toda la lana que te trasquilamos al pasar.
Meeeee. Meeeee. Meeeee.