Mozo, sírvame una copa.
Yo la quise con locura.
Y ella un día por capricho,
se me fue sin decir nada
y yo nunca supe adonde.
Mozo, traiga un picadillo.
Yo no sé por qué motivo
ella pudo abandonarme.
Ella que siempre decía
que iba a morir a mi lado.
Mozo, vaya a cocinarme
un buen plato de ravioles.
Nunca más tuve noticias,
una carta, una llamada,
una esquela por lo menos.
Mozo, venga de inmediato
a lustrarme los zapatos.
No concibo que me olvide.
Yo que fui por largos años
el motivo de su vida.
Mozo, láveme esta ropa.
Después suéldeme este caño
y revise aquel enchufe.
Hay quien dice que ella ha vuelto
a buscar amores viejos.
Mozo, habría que cambiarle
el cuerito a esa canilla.
Después lave bien el piso.
Se que yo no debería
ni siquiera recordarla.
Mozo, vamos, no se quede.
Venga a desarmar el auto.
¿Como quiere que maneje
con el freno en este estado?
Por las noches ya no duermo.
Mozo, ¿Que es lo que le pasa
que no está la mezcla pronta?
Después venga que le indico
las medidas de la mesa
que le dije que me hiciera.