Antes de cantar la última canción, les quiero contar algunas cosas de un carácter un poco más personal. Yo soy psicoanalista. Es una profesión que adquirí una vez. Y bueno. A veces me gusta ventilar un poco las intimidades de mis pacientes. Por lo menos cuando considero que esto le puede ser útil a otras personas que nos pueda ayudar a aprender de los errores ajenos y en fin, a crecer como seres humanos ¿no? Y bueno, tengo a esta paciente, Teresita se llama, que hace tiempo que ella viene conmigo y parece que dejó con el novio, lo cual a mi me pone muy contento porque este muchacho no era el indicado para ella. No lo digo yo, lo decían los padres también. Y no es que yo estuviera celoso porque bueno, en la función que desempeño no me corresponde ese tipo de sentimientos ¿no? Aunque tengo que confesar que en ese plano algunos progresos hice porque las últimas sesiones con ella las venimos haciendo tomados de la mano. Y creo que voy a poder avanzar más todavía. En realidad habría podido avanzar más rápido. Lo que pasa que, bueno, me tengo que ocupar también de escuchar lo que me dice, trabajar sobre eso. No puedo estar todo el tiempo pensando en lo otro ¿no? Además a veces tengo dudas de si realmente tengo que avanzar tanto pero…no, creo que sí. Lo voy a hacer porque tantos años de análisis que hice yo, de algo me tienen que servir ¿o no? Aparte a ella le gusta. Por lo menos hasta ahora no ha protestado para nada. No se si es que cree que la técnica es así, o si es que por transferencia me proyecta cosas de otra persona que le gusta o que le gustaba ¿no? que no sea realmente yo el que le gusta. Pero bueno, por algo se empieza. Así que, vamos a ver como sigue esto, como se desarrolla. Lo más importante es que siga, yo le estoy insistiendo mucho últimamente a ella, le estoy diciendo que no puede interrumpir, que tiene que…entiendo que se está haciendo difícil porque yo no le puedo cobrar lo mismo que le cobraba el año pasado ¿no? pero, nonono, pero tiene que hacer un esfuerzo porque es muy importante. Tanto por ella como por mí. Porque yo no quiero ocultar lo que siento, yo no creo en esa neutralidad que creían que podía sostener los psicoanalistas antes ¿no? porque mirarte con cara de orto no es ser neutral. Y ponele que pongan cara de nada, pero en realidad no existe la cara de nada. Será cara de no querer mostrar nada, pero igual las cosas se traslucen, porque los psicoanalistas no son egresados del Actors Studio de Hollywood para poder actuar tan bien. Son muy ingenuos si creen que no muestran nada. Yo muestro todo. Yo a Teresita le muestro todo y para mí tiene que ser así. Que me echen si quieren de la asociación psicoanalítica, pero yo no voy a renunciar a mis principios ni voy a renunciar tampoco a lo que persigo de mis pacientes porque bueno, yo vivo de eso. Aunque hay muchos que me están debiendo más de un mes. Es un problema esto porque cuanto más me deben, mas rayados están y más necesitan ir a verme. Así que la deuda va creciendo. A muchos les tuve que mandar la pesada para poder cobrarles. Pero igual, a veces viene bien un apriete. Nosotros, el término técnico que usamos es “terapia de choque” y tiene un costo claro, porque hay que contratar personal especializado. Ese costo se incluye en la cuenta del paciente, si no lo quieren cubrir, se les aplica de nuevo la terapia y al final la terminan pagando dos veces. Por eso, yo siempre les insisto, les machaco, les hago acordar, les digo “no se atrasen, no se atrasen con los pagos.” Pero no hay caso. Hay algunos que no entienden ¿no? su neurosis les obstruye totalmente el sentido de la responsabilidad ¿no? Incluso hay algunos que desarrollan como una especie de bloqueo del tema. No pueden hablar de lo que me deben. Es como un tabú. De sexo te pueden hablar 3 horas de repente, no tienen límite. Los tenés que cortar, les tenés que hacer acordar que se les terminó la hora, pero el tema de la plata los inhibe totalmente. Por eso hay que trabajar mucho para poder romper esa coraza defensiva y no es fácil, te digo. Hay algunos que para sacarles un mango, realmente no alcanza ni con darles una biaba. Hay que tomar otras medidas como por ejemplo…secuestrarles a la madre o al padre. Ahí cuando les tocás el edipo, empiezan a reaccionar. Yo por suerte tengo un comisario que me apoya en esto. Porque cuando vienen las denuncias ahí de los secuestros, se las deja apretadas en un cajón porque, el entiende de psicología, sabe lo que es una terapia y lo que cuesta. Y, bueno claro, que con el porcentaje les cuesta más pero que vamos a hacer. Hay que trabajar en equipo para hacer las cosas bien. Se terminó el tiempo del individualismo, no va más. Hay que aprender a compartir lo que se tiene, porque si no aprendemos eso, este país no se levanta más.