Puedo escribir las más atroces barbaridades esta noche.
Puedo escribir, por ejemplo cosas que ni en mil años
las academias de los idiomas del mundo permitirán, permitirán.
Puedo escribir las más feroces atrocidades esta noche.
Puedo escribir con el corazón o con otra parte,
con las arterias o con mi sangre venosa.
Y el corrector será mi propia bilis.
Puedo escribir, puedo borrar
y puedo volver a escribir lo mismo.
Puedo escribir las más hermosas brutalidades esta noche.
Puedo escribir, por ejemplo cosas
como “Que tonta eres mi amor”
o frases de esa calaña u otra peor, u otra peor.
Puedo escribirte muchas cosas terriblemente peligrosas.
O pueden ser tan inocuas que cuando te las diga,
no estes segura de si al final dije algo,
si alguien habló o sólo fue el viento
que por alguna rendijita pudo llegar hasta aquí y silba.
Puedo escribir las más atroces barbaridades esta noche.
Pero prefiero no hacerlo porque ya hubo
tantos grandes poetas que me ganaron de mano.
Oooooohhhh. Oooooohhhh. Oooooohhhh.