Por fin ya pasó, terminó el terrible terror.
La feroz pesadilla que por fortuna ya casi se fue.
Nos dejó despertar bajo un sol de nueva fé.
Por fin se quebró, se venció, se murió, se acabó.
O bien se está por acabar. Es sabido que se acabará.
Mucha gente salió, ya está de vuelta acá.
Por qué ocurrió, yo no sé. Unos dicen que fue
el triunfo de la razón, o la fuerza de la población.
La cuestión es que se reencuentra una tradición.
De paz, bienestar, de votar cada tanto y estar
disfrutando tus días sin que ninguno te venga a decir
lo que está permitido escuchar ver o escribir.
Por fin despejó, amainó esta lluvia de horror,
chaparrones de autoridá, “Documentos, señor ¿donde está?”
“No me lleve. Los tengo en casa acá nomás”.
Ya sé. Me dirás, “falta más, quedan cosas atrás.
Hay molestias aún en pié.” Pero avances a diario se ven.
Al ladito de casa funciona un comité.
Quizás se nos de dentro de cierto tiempo que se,
solucione aquella cuestión de la vieja desocupación
y que todos se sientan parte de la nación.
Ahí, si se da además, por la lucha tenaz,
o regalo subimperial, la mayor libertá total,
se podrá concretar el himno nacional.
Y sí. Por ahí hay que oír que es difícil vivir.
Que los sueldos no alcanzan ni para dar de comer a un gurí.
Eso siempre pasó más o menos así.
Si no, vos andá, preguntá, a los viejos del bar
si en el año 50 acá, era alto el salario real.
Si era puro adorno la vida sindical.
Así volverá a reinar acá, en el Uruguay,
lo que siempre fue lo normal. Se dirá que no es lo ideal,
pero hay que salvaguardar lo que es tradicional.
Pedir, conseguir supresión del costoso jabón
del estado de excepción, y recuperar la condición
de ciudadanos no sujetos a desaparición.
Por un Uruguay natural, donde el rico será
siempre rico, y el pobre allá, si algún día pretende lograr
equiparación metele el estado de excepción.
El cual, al final, al igual que cuando es carnaval,
y la murga se está por ir, se despide y no sin decir,
que algún día promete volver, y regir.
Pero hoy, vos pensá, que se va, que ya casi no está.
la feroz pesadilla que por fortuna ya casi se fue.
Aunque de casi no murió nadie, vos sabés.
Por fin. Por fin. ¿Lo que?