Toda la música del mundo
me llegó al salir del hospital,
donde me operaron de la oreja.
Y mientras iba caminando,
escuché todas las notas
que salían como locas
de los autos de la gente
y los animales.
Toda la música del cielo
la escuché esa vez que yo le erré
y me bajé de un avión en pleno vuelo.
Y en lugar de estrellarme en el suelo,
yo ensuelé a las estrellas.
Toda la música del tiempo
acudió cuando el minutero de tu reloj
se detuvo en un do sostenido.
Toda la música de la sociedad
se me rebeló
cuando los políticos se callaron
y reinó el silencio.
Toda la música del piano
regresó cuando vos me diste
el número de tu afinador.