Es un poema de Elías Regules (“El triste”) musicalizado por Eduardo Fabini (“Triste nº 4”).
Yo también puedo tener
de afectos el alma llena,
que donde vive una pena
puede brotar un placer.
Pues en todo hay, a mi ver,
dulzura con esplendor:
el tigre tiene su amor,
su cariño la paloma,
la rosa brinda su aroma,
y hasta el cardo tiene flor.
Yo también puedo tener
de afectos el alma llena,
que donde vive una pena
puede brotar un placer.