Señores: el camino transitado hoy por hoy, coordinando esfuerzos, y cuyo primer objetivo consiste en plasmar en una tarea concreta los principales postulados que nuestra óptica implica, en pos de la vigencia plena, mediante la participación, animada por una concepción unitaria que tiene por telón de fondo, grabado a fuego en la primera página de una agenda inflexible, un proceso de transición que nuclee sin postergaciones, apoyando todo aquello que ocupe un lugar en el funcionamiento efectivo de una propuesta que hoy más que nunca enfatice por varias puntas la dignidad del encuentro que en cualquier ámbito en que se realice no será un hecho aislado, sino un elemento sintomático llamado a confirmar que no basta con invocar a personas o instituciones afines a nuestra problemática; que no es suficiente para quienes hacen lo imposible por frenar hoy también el apoyo de una crítica constructiva que salvaguarde nuestros valores esenciales; se trata de buscarlo todos; está en juego la edificación de un espacio capaz de solventar mancomunadamente una reinserción integrada sin claudicaciones, libre de coacciones y de toda ligazón con fórmulas caducas, a su papel conductor. Las alternativas no admiten el dramático error que, mucho más que una palabra, viene a marcar los límites que han estado y siguen estando desfasados, a la zaga de una realidad desbordante cuya evaluación excede y desbarata cuantos obstáculos impidan que se honre sin fronteras una adhesión total a la pretendida mejora que una actitud amplia pueda objetivamente y en cualquier situación imponer como ruptura imprescindible hacia la consecución de las metas trazadas sobre la voluntad inaplazable y el ejercicio de afrontar el desafío de lograr, más allá de quienes aspiran a acallarlas, las componentes principales de un proyecto cuya única vía de concreción será signada por el bienestar de saberse seguros de haber dado un paso adelante.